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jueves, 22 de abril de 2010

IGLESIA DE SANTA SOFÍA


Construida por Constantino en 325. Reconstruida por Justiniano I. Convertida en mezquita por los turcos en 1453 D.C., y fueron agregadas a él cuatro torres llamadas de minaretes (torres altas y finas cerca de la iglesia). Pero la obra cumbre de la arquitectura bizantina es la Iglesia de Santa Sofía (iglesia de la divina sabiduría), dedicada a la Segunda Persona de la Santísima Trinidad, construida por los arquitectos Antemio de Tralles e Isidoro de Mileto (ambos procedentes del Asia Menor, donde predominaba la iglesia edificada en planta basilical con cúpula),5 entre los años 532 y 537, siguiendo las órdenes directas del emperador Justiniano I. Está considerada como una de las obras arquitectónicas más bellas y grandiosas del arte universal.
Es una basílica rectangular de 77 x 72 metros que combina el eje tradicional con una distribución centralizada. En los ángulos de un gran cuadrado, se apoyan 4 grandes arcos que se conectan entre si con cuatro grandes pechinas que completan la superficie circular sobre la que se sitúa la gran cúpula. Por fuera, la masa de la gran iglesia se eleva con armonía, pero sin demasiada gracia. La cúpula imponía una centralización bastante ajena a las basílicas del pasado, pero gracias a las pechinas y la traslación de los esfuerzos a las naves laterales, así como un refinado uso de la luz, «no parece descansar en base sólida». De planta casi cuadrada, con una cúpula central sobre pechinas. Ésta reposa sobre cuatro arcos, sostenidos a su vez por cuatro columnas. Dos semicúpulas hacen de contrafuerte de la cúpula central y los muros abiertos están asegurados por contrafuertes. Las pechinas proporcionan una transición mas elegante entre la superficie cuadrada y la circular que las trompas usadas durante el Imperio Romano y una mayor altura que los apoyos sobre tambor circular usados en el Pantheón romano. El tambor con las numerosas ventanas, produce el efecto de flotación de la cúpula central.
Se entra en el edificio a través de un nártex cubierto con bóveda de arista cuya longitud es igual al doble del cuadrado central, y a través de un puerta situada en el lado opuesto del ábside oriental que contenía el altar. Las naves laterales y las galerías situadas sobre ellas también están cubiertas con bóvedas de arista. La cornisa de las galerías marca el punto de arranque de las pechinas y de los cuatro arcos que sostienen la grán cupula.
Para dotar de mayor amplitud a la cúpula, ésta se apoya en dos media cúpulas laterales, que duplican el espacio cubierto por la misma, medias cúpulas que a su vez se sustentan sobre nichos esféricos.8 En las alas norte y sur, existen dos arcos formeros que contrarrestan la fuerza de empuje de la cúpula, elevándose sobre las columnas de las tribunas y generando un gran tímpano dotado de ventanales.8 Además, se reforzó a los cuatro grandes pilares existentes en la base de la cúpula con otros pilares que quedan disimulados en las naves laterales, a la vez que un conjunto de bóvedas de distintas formas y tamaños contribuyen a disipar el empuje de la gran cúpula.8 Sin embargo, la sensación desde el interior del templo es de una única cúpula, grácil y majestuosa, ampliamente iluminada por la cuarentena de ventanas existentes en su arranque.
La cúpula de Santa Sofía es el elemento más llamativo del edificio, tiene la forma de una semiesfera rebajada y está compuesta por cuarenta nervios que se unen en el centro, su diámetro varía entre 30 y 31 m. y está situada a 54 m de altura. Las cuarenta ventanas forman un tambor cilíndrico que sirve para aligerar su peso y permitir la entrada de luz.

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